viernes, 13 de abril de 2007

Roma: La Ciudad Eterna



Roma es la capital de Italia, de la provincia de Roma y de la región del Lazio; con 2.823.873 de habitantes.
Está emplazada en el valle del río Tíber, a unos 20 km del mar Tirreno. Instalada en principio sobre siete colinas a la izquierda del Tíber.



Historia:

Cuando los núcleos latinos que habitaban las colinas del Quirinal, Esquilino y Celio se fusionaron con los del Palatino, fortificaron el recinto habitado, y así se inició la primera fase de la Roma antigua hacia el siglo VIII aC. Durante una segunda fase el perímetro de la ciudad se extendió por el monte Capitolino y por un pequeño valle que lo separaba del Palatino (allí se emplazó el Foro romano). Del siglo VI aC son las primeras construcciones: Palacio Real, Foro, Cloaca Máxima y Tullianum.

Hacia 510 aC se fundó el templo de Júpiter Capitolino, y de la misma época son los templos de Saturno (498 aC), de Cástor (484 aC) y otros. Siguió un período de gran actividad constructiva: templos, basílicas, acueductos y caminos consulares (Vía Apia, Vía Latina, Vía Flaminia, etc.). La verdadera reorganización se llevó en la época de Augusto, bajo cuyo reinado se reconstruyeron templos y monumentos y se levantaron otros nuevos. El incendio de la ciudad, atribuido a Nerón, en el 468 aC hizo desaparecer gran cantidad de edificios, reconstruidos poco después por el mismo emperador.

La obra iniciada por Nerón fue continuada por sus sucesores: Vespasiano (Coliseo), Tito, Domiciano (renovación de los templos de Vesta, Augusto y Minerva, del Estadio, el Odeón, en Panteón, etc.). La obra de éste último emperador fue proseguida por Trajano (Foro y Termas), Adriano (puente Elio, templos de Marciana y de Venus, Mausoleo, etc.), Septimio Severo, Caracalla (Termas). En tiempos de Majencio se construyó la basílica homónima, y de Constantino, su sucesor, se conservan el Arco del Triunfo, las Termas Constantinas y las Elenianas.







Durante los siglos III y IV se mantuvo Roma en todo su esplendor, hasta el año 410, en que fue asaltada y saqueada por Alarico; a partir de este momento se inició su decadencia monumental. Durante los siglos VIII y IX la Roma cristiana se convirtió en la Roma pontificia. Los papas transformaron los antiguos edificios paganos en cristianos y mandaron construir otros nuevos y las grandes basílicas (San Pablo, San Lorenzo, Santa María la Mayor, etc.). En el siglo XI otra invasión (la de los normandos, en 1084) dejó la ciudad en ruinas. Los papas la reconstruyeron y quedó constituida en dos bloques: la ciudad religiosa, que los pontífices reservaron para sí (Vaticano, Ciudad Leonina), y la ciudad seglar, encerrada en la cadena de fortalezas feudales.

Durante los siglos XII y XIII se llevaron a cabo notables mejoras urbanas y se construyeron numerosos palacios y edificios públicos. A este período de esplendor sucedió otro de decadencia (de 1305 a 1378, período aviñonés), durante el cual los monumentos civiles y religiosos estuvieron en total abandono. A partir del papa Nicolás V la ciudad sufrió una gran transformación, y durante los siglos XV y XVI alcanzó una etapa monumental extraordinaria, llegando a la cumbre de su esplendor en tiempo de Julio II (que entre otros artistas, también contaba con Miguel Ángel). Se amplió el Vaticano, se construyeron y decoraron la Capilla Sixtina y las Logias.

León X abandonó parte de los proyectos constructivos de Julio II y se dedicó con empeño al embellecimiento y reconstrucción de numerosas iglesias y basílicas siguiendo la inspiración de Sangallo, sucesor de Bramante y de Rafael como arquitecto papal. Sixto V fue el verdadero creador de la Roma moderna. Durante el pontificado de Clemente VIII se terminó la demolición de la basílica de San Pedro y la mutación de plano de la actual basílica, de cruz griega a cruz latina (fue consagrada en 1613). El arte barroco culminó durante el pontificado de Urbano VIII gracias a la actividad y genio de Bernini.

Leyenda de Rómulo y Remo:

Cuenta la leyenda que los gemelos Rómulo y Remo, hijos de Marte, fueron abandonados al nacer. Afortunadamente, una loba llamada Luperca se encargó de amamantarlos y los bebés crecieron sanos. Sin embargo, siendo adultos, Rómulo mató a Remo y fundó Roma. Hoy en día, el símbolo de la ciudad imperial sigue siendo la loba y los dos niños.


La leyenda del origen de Roma:

Los orígenes remotos de la ciudad de Roma, se pierden en la leyenda; siendo seguramente anteriores al año 754 a.C en que las autoridades romanas fecharon su fundación. Del mismo modo, siendo improbable que su fundación haya surgido de una acción explícita y deliberada, las tradiciones romanas posteriores adornaron su surgimiento con diversas leyendas, recogidas especialmente por el historiador romano Tito Livio, que vinculan el origen de Roma a un linaje de dioses y héroes.

Finalmente, Rómulo construyó refugios en el monte Capitolino para esclavos y criminales fugados y llevó a cabo el rapto de las Sabinas, mujeres de otra tribu del Tíber, para que los hombres que se le habían unido tuvieran sus esposas. Después de algunas guerras entre ellos, las Sabinas le declararon su rey. Rómulo fue el primer Rey de Roma y dice la leyenda que fue llevado a los cielos por su padre Marte, y que fue venerado como el dios Quirino.

Según la leyenda de los orígenes de Roma, un hijo del héroe troyano Eneas, (hijo de Marte, el dios de la guerra y de una princesa latina), Ascanio, había fundado sobre la orilla derecha del río Tíber la ciudad de Alba Longa; ciudad latina sobre la cual reinaron numerosos de sus descendientes, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Este último destronó a Numitor; y para evitar que tuviera descendencia que pudiera disputarle el trono, condenó a su hija Rea Silvia a permanecer virgen como vestal, sacerdotisa de la diosa Vesta.






Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, engendró en Rea Silvia a los mellizos Remo y Rómulo. Por ese motivo, al nacer los mellizos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta, la cual encalló en la zona de las siete colinas situadas cerca de la desembocadura del Tíber en el mar; siendo recogidos por una loba llamada Luperca que se acercó a beber, y que los amamantó en su guarida del Monte Palatino, hasta que fueron hallados y rescatados por un pastor cuya mujer los crió. Cuando fueron mayores, los mellizos restituyeron a Numitor en el trono de Alba Longa, y decidieron fundar, como colonia de Alba Longa, una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en donde habían sido amamantados por la loba; y ser sus Reyes.

Cerca de la desembocadura del Tíber existían las siete colinas: los montes Capitolio, Quirinal, Viminal, Aventino, Palatino, Esquilino y Celio. Rómulo y Remo discutieron acerca del lugar donde fundar la ciudad; y resolvieron la cuestión consultando el vuelo de las aves. Mientras sobre el Palatino Rómulo divisó doce buitres volando, su hermano en otra de las colinas sólo vio seis. Entonces, Rómulo, con un arado trazó un recuadro en lo alto del monte Palatino, delimitando la nueva ciudad, y juró que mataría a quien lo traspasara. Despechado, su hermano Remo no obedeció y cruzó despectivamente la línea, ante lo cual su hermano le dio muerte, quedando entonces como el único y primer Rey de Roma. Según la versión de la historia oficial de Roma antigua, eso había ocurrido en el año 754 aC o más bien antes de nuestra era Roma comenzó su historia como una aldea más entre las otras muchas de pastores y campesinos que se repartían las colinas y minúsculos valles de la zona.

Si hemos de creer a Livio, ya entonces era muy especial, pues sus míticos fundadores tenían algo de divino; pero el propio escritor también confiesa que le parece lógico que los pueblos rodeen sus orígenes con leyendas y patrañas.

Los primeros habitantes fueron posiblemente un conglomerado de gentes de distinta procedencia que vivían al margen del desarrollo económico y cultural de sus prósperos vecinos, es decir, los etruscos al Norte y los campanios y los griegos al Sur.

Los arqueólogos han descubierto los restos de un primitivo poblado del siglo VIII aC en el Palatino y enterramientos a sus pies. A partir del núcleo original, el poblamiento debió de irse extendiendo por las laderas de las colinas próximas y, un siglo después, por el valle que había entre ellas.



Expansión de Roma:

Esta pequeña ciudad floreció y se desarrolló hasta llegar a ser considerada durante la época previa a la República, superior a sus vecinos, haciéndose cada vez más fuerte a medida que se apoderaba de más territorios. Ya en la República, alrededor del año 270 a.C. Roma dominaba toda la península Itálica y seguía su expansión. Este imperio que a partir del siglo I aC sería gobernado por emperadores, creció y absorbió ciudades y territorios que hoy en día comprenden más de 40 países con 5.000 km, de un extremo a otro.


El Entretenimiento del Coliseo:

Roma realizaba celebraciones en el Coliseo romano. Allí realizaban luchas de gladiadores. Al pasar frente al soberano al mando, los gladiadores exclamaban Ave, César, Morituri te salutant, que significa: «¡Hola, Emperador, los que vamos a morir te saludamos!». Además en las celebraciones muy especiales, en la parte interior del Coliseo habían fieras como tigres o leones. Era cuando los gladiadores en combate llegaban a un punto muy alto de soportar la pelea; en ese momento el que estaba al mando decía si moría o no, con señas. Cuando el soberano decidía que muriera, con el pulgar hacía un movimiento como de degollarse el cuello, no el pulgar hacia abajo como antiguamente se creía. Cuando decidía por la supervivencia del vencido ponía su pulgar hacia arriba. Así era la forma con la que terminaban las peleas en el Coliseo romano.

2 comentarios:

Alexis dijo...

Bueno no esta mal tu blog pero deberias de ponerle algo más para captar el interes de alguien pero esta bien de momento pon algun relog o algo que siempre mejora el blog

Héctor dijo...

juancar eres un motivao, tienes asta junio para presentar la blog y ya casi lo tienes acabao...

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Que deciros, soy un chico alto,con ojos verdes,de Madrid y más o menos rubio.